lunes, 7 de marzo de 2011

Manifiesto por el Día de la Mujer, 8 de marzo.

Un recorrido por la historia española nos  muestra  cómo  avances  y transformaciones sociales que parecían irreversibles, pueden experimentar retrocesos  para las mujeres si no se sostienen y alimentan, porque aunque nosotras somos el eje principal para impulsar el cambio en un futuro, somos a la misma vez las más perjudicadas antes los vaivenes de la historia.
Con la esperanza plena en que las utopías pueden ser realidades, las mujeres hemos conquistado la palabra y ahora podemos impulsar y exigir los cambios sociales desde nuestra progresiva presencia en los espacios públicos y privados, cosa con lo que el PSA de Torredonjimeno  está muy comprometido.
Como bien nos citaba Clara Campoamor, la igualdad en el poder se considera el símbolo para el resto  de  las  igualdades, porque de la toma de decisiones en política derivan el resto de las posibilidades de cambio social.
Desde el PSA pretendemos llevar la igualdad al espacio de lo público/ privado, y exigir la presencia y el reconocimiento de la autoridad de las mujeres en todos los contextos y en todos los ámbitos de la vida.
Lograr esta meta nos exige estructurar un nuevo modelo social que cuestione las funciones y los espacios tradicionalmente asignados a las mujeres y reconozca el valor del trabajo de cuidados y reproductivo.
Y, en este sentido, tanto el Estatuto de Autonomía para Andalucía, como la Leyes de Promoción de la Igualdad de Género, entre otras,  ponen de manifiesto la importancia de la concienciación, de la educación y de la prevención como herramientas para consolidar un  nuevo modelo social sustentado en unas relaciones entre mujeres y hombres de reciprocidad, reconocimiento, respeto y de colaboración en igualdad.
Es muy importante resaltar  espacios de socialización como los educativos, los medios de comunicación y familiares, en los cuales hemos  crecido y construido nuestra identidad de género de acuerdo con los roles tradicionales que nos han sido atribuidos.
Para que la igualdad sea efectiva entre hombres y mujeres hay que pasar  necesariamente  por  la  eliminación  de estereotipos ya que éstos influyen en las expectativas personales y profesionales de niñas y niños, condicionando las opciones para ocupar, en igualdad, todos los espacios en los que se articula la vida social, cultural, deportiva, económica, laboral  y política de la sociedad.
De esta nueva manera de justificar lo injustificable, se ha intentado presentar a una mujer que ha atacado el orden social como responsable del paro, por su introducción en el mundo laboral ya que se cree que quita puestos de trabajo a los hombres, los cuales entienden que han de ser quienes tienen la obligación social y moral de aportar el dinero a casa. Una mujer que ha abandonado su obligación de educar a los hijos y que ha dejado de atender a sus ancianos, (a pesar de tener una ley de Dependencia que respalda los roles de cuidados atribuidos a la mujer a lo largo de la historia, evitando así solucionar este problema a través de servicios públicos  y enclaustrando aun más a las mujeres en el espacio privado)
Debemos encaminar una igualdad activa y real en todos los ámbitos de la vida, modificando la reproducción de las conductas descritas anteriormente, cambiar algunos de los valores y muchas de las concepciones que existen en la sociedad.
Muchos de estos nuevos valores y la forma de integrarlos en nuestro sistema para ir reformándolo están precisamente en el feminismo.
 El feminismo, como todo lo que ha intentado cambiar el orden establecido, ha sido deformado, aunque sus objetivos defienden la emancipación, la liberación, trabajar por la igualdad de derechos, por igual salario y en contra de la violencia contra la mujer en general.
Hoy por hoy se cree que el feminismo es la única fuerza, teoría e ideología capaz de modificar una sociedad obsoleta en muchos sentidos, sin crear una fisura en el sistema.
Llegado un nuevo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, desde el Partido Socialista de Andalucía (PSA), queremos reivindicar que la igualdad no demuestra la superioridad de la mujer, ni si quiera la discriminación hacia el hombre, sino que tanto mujeres como hombres tengamos los mismos derechos y deberes en todos los aspectos sociales, económicos, culturales, laborales, religiosos, políticos, educativos, etc, sin que sea una obligación para ambos.

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